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I Ching - El Libro de los Cambios

Qué es el I CHING?

El I CHING tiene como propósito reflejar los cambios que se producen en todos los niveles del Universo, los ciclos y mareas de la fortuna, que podemos llegar a conocer y dirigir para conseguir el éxito.

El oráculo en realidad es un libro que nos habla con un lenguaje figurativo aludiendo a la respuesta exacta sobre lo que preguntamos. Es uno de los libros más antiguos que existen, es el primero de los libros canónicos de las 64 situaciones posibles en la vida del hombre, solo y en su relación con los demás, estructuradas en base únicamente a los dos principios Yang (masculino) y Yin (femenino), es un verdadero tratado de conocimientos y el título original del libro en chino parece ser Chou I.

Describe la situación presente de quien lo consulta y predice el modo en que se resolverá en el futuro si se adopta ante ella la posición correcta. Es un libro adivinatorio y también un libro moral, a la vez que por su estructura y simbología es un libro filosófico y cosmogónico. Por otra parte, en principio admitía muchas y diferentes interpretaciones sin alterarse originalmente, porque está escrito con pictografías, que no son palabras.

A diferencia de otros métodos, el I CHING no sólo se limita a pronosticar el futuro sino que, además, nos ofrece un consejo profundo para actuar de tal manera que podamos hacer frente al porvenir en las mejores condiciones posibles.

Al darnos a conocer las fuerzas que guían nuestro destino, nos permite planificar nuestro futuro con conocimiento de causa, conscientes de los procesos a través de los cuales discurrirá nuestra vida.

Si la respuesta que recibimos es favorable, proseguiremos adelante con confianza; si nos aconseja cautela, nos prepararemos para luchar contra dificultades ocultas; y si las indicaciones son malas, podremos alterar nuestros planes y esquivar los futuros peligros.

Una segunda función de I CHING es arrojar luz en el mundo que se oculta tras las apariencias, actúa como guía de los misterios de nuestro inconsciente. Cuando el I CHING es consultado por una persona que lo conoce bien, puede proporcionar una visión intuitiva de la forma de actuar del propio YO interior.

 

El I CHING no se contenta con decir lo que va a suceder (tal como pasa con otros métodos), sino que, además, revela por qué las cosas son lo que son y lo que se puede hacer al respecto. La decisión final es nuestra; así seguimos siendo los responsables de nuestro destino último.

El Tarot Predictivo

PARTE I:

INTRODUCCIÓN:

El hombre, desde las épocas más remotas de su existencia, ha sentido una curiosidad irresistible hacia todo aquello que le es desconocido. Sabedor de que había fuerzas superiores a sus conocimientos, intentó en un principio conjurarlas por medio de danzas y sonidos, que si no lograban dominarlas, servían- según sus creencias- para preservarle de sus poderes destructivos.

Sus miedos ancestrales tuvieron una explicación para las fuerzas de la naturaleza (rayos, truenos, relámpagos, fases lunares, mareas, etc.) que pasaron de ser misterios conjurables a ocupar de a poco su lugar en la armónica y compleja estructura del universo; donde siempre estuvieron, pero que eran – y son aún- difíciles de dilucidar con el limitado bagaje de teorías científicas y el encasillado entendimiento del hombre.

Existen estudiosos que afirman que las ciencias ocultas, como la alquimia, la astrología, los métodos oraculares, etc. nacieron del deseo del hombre de intentar descifrar lo desconocido y sumarlo a su deseo de superación.

Es un facilismo analítico pensar que podemos dar un supuesto y único origen a tantas metodologías e incluso disciplinas, advirtiendo que cada una tuvo su propio entorno, motivaciones e incluso su individual proceso de génesis en las mentes de personas tan dispares en tiempo, lugares y culturas.

 

Advertencia:

 

La creencia popular en adivinos, astrólogos, cartománticos y cuantos portadores de los secretos de circunstancias temporales encontremos, habla a las claras de la propensión – o necesidad- que las personas tienen para creerles y consultarlos. Pero en la palabra creerles es donde radica el secreto del porqué de la existencia de todos los métodos oraculares.

Los investigadores siempre advertimos de colocar el traslúcido cristal de la cordura y el análisis objetivo delante de cualquier tipo de estos fenómenos, pero como sabemos – por otro lado – que en su momento la ciencia tiene mucho que decir a favor de estos fenómenos (aplicando el Principio de Sincronicidad de C. Jung, por ejemplo), indicamos al menos que se tenga en cuenta la trayectoria histórica del fenómeno o método, las evidencias científicas que puedan apoyarlo, y por supuesto, y en todos los casos, entender que cualquier método oracular posee:

 

  • La legitimidad en proporción a la seriedad y la maestría de la persona que lo ejecuta.

  • La eficiencia que inconscientemente quiera otorgarle el consultante.

  • La veracidad que posee intrínsecamente el método y que autocomprueba ante la ciencia.

 

No existe otra forma de entender o aceptar seriamente un fenómeno oracular.

Es su propia responsabilidad el futuro uso que Ud., dé a los conocimientos de fenómenos oraculares, y que por otro lado se le brindan como compendio de análisis, información y práctica personal, pero no para convertirlo en un adivino.

 

La gimnasia imaginativa que proporciona el Tarot es personal e intransferible. Aún luego de conocer el simbolismo de cada carta, y que se acepta universalmente, las apreciaciones personales que cada individuo experimenta con respecto a ellas son, o deben ser, producto del conocimiento subconsciente  aportado por la experiencia y pericia en su manejo, y  nunca un capricho de una percepción subjetiva ilusoria, por más inventiva que parezca. Conocer y entender este mecanismo es lo que diferencia a los buenos practicantes de estos métodos (donde se utilizan dibujos, anagramas, prosas, o cualquier simbolismo de connotaciones inconscientes), del resto de personas que busca cualquier reconocimiento, menos la satisfacción del saber aprendido.

Aún si descartamos las virtudes oraculares del tarot, aún si lo consideramos solamente como una curiosa colección de estampas organizadas según un modelo caprichoso, todavía es inquietante y apasionante desentrañar el significado que este posee.

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